Los celos son una de las demandas más habituales en nuestras consultas. Crean muchísimo malestar, dolor, ansiedad y distancia en las relaciones. Trae muchos problemas y vivir así es una agonía. La buena noticia es que pueden sanarse. Aquí os voy a contar que son exactamente los celos, los tipos que hay y 7 consejos para mantener los celos patológicos a raya.
¿Qué son los celos?
Pues los celos son una respuesta emocional natural que nace cuando tenemos miedo a perder algo que es importante para nosotros. En el caso de las parejas sería a perder la relación que tenemos. Hasta cierto punto los celos son normales. Cuando quieres a alguien no quieres perderle, y si hay una amenaza real pueden ser útiles porque nos dan la señal de alarma de que debemos realizar una serie de acciones para mantener nuestra relación. En un nivel normal se pueden gestionar bien, como un pinchazo en el estómago que lo dejas pasar y se van.
El problema no es tanto la respuesta emocional en sí, ya que es humana y normal tenerla, sino las respuestas que provocaría en nosotros como el control, la manipulación, el chantaje emocional, las inseguridades… que entonces ya serían celos patológicos. Se desconfía de la pareja, se está siempre alerta a posibles amenazas de infidelidad y cualquier indicio puede ser motivo de celos.
Y dentro de los celos patológicos los podemos dividir en dos clases: los infundados y los fundados. Los infundados serían aquellos que no tienen base ninguna que los acompañe, sino que dependen de las inseguridades propias de la persona y los fundados serían cuando tenemos motivos más que de sobra para tener desconfianza de nuestra pareja.
Con los celos patológicos la ira te devora por dentro y te hace obsesionarte, con niveles muy altos de estrés, ansiedad, miedo y tristeza. Es una forma de controlar que la otra persona no se vaya, de mantener el vínculo, creando muchísimo malestar tanto a quien los padece como a quien los sufre. Perdemos totalmente el control y el norte, se siente muchísimo dolor, y nuestras inseguridades y carencias van creciendo igual que los celos.
Los celos patológicos no son muestras de amor, sino que son señales de inseguridad, desconfianza, sensación de inferioridad y miedo a la pérdida y abandono. Estos sentimientos no aportan nada bueno, solo traen dolor, miedo, rabia, enfados y hasta pueden provocar la ruptura de la pareja. En el amor no hay nunca garantías, y nuestros celos no dependen del otro sino de nosotros mismos.
¿Qué caracteriza a una persona con celos patológicos?
Pues tienen una baja autoestima, necesidad de control, dependencia emocional, sentimientos de inseguridad, posesión y desconfianza, de no ser suficiente y con un alto grado de miedo al abandono y en algunos casos también tienen la herida de la traición.
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Tienen conductas de comprobación como revisar el teléfono de sus parejas, controlar sus amistades, con quien hablan con quién no, no dejarles su espacio personal. Invierten mucho tiempo en vigilar e investigar a sus parejas, llaman constantemente para saber que están haciendo, controlan hasta la forma de vestir del otro y tratan de controlar su vida.
Lo que más influye sobre todo en que una persona sea celosa es su nivel de autoestima, su historial sentimental y sus heridas emocionales. El miedo a volver a sufrir un abandono y/o una traición, hacen que se utilice el control como medida para protegerse. Recalcar que estas conductas son muy tóxicas y que no deben permitirse nunca en pareja. Nos alejan de tener una relación sana y de estar bien emocionalmente.
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Y si son celos fundados y tienes motivos para celarte, piensa si te compensa este nivel de ansiedad y estrés para confiar en tu pareja. La confianza nunca es control, o confías o no confías. Y por mucho que controles (además de que es totalmente tóxico) no te garantiza que la persona no te vuelva a engañar. Una cosa es volver a la relación y otra perdonar una infidelidad, y puede que quieras lo primero y no puedas lo segundo. Vivir así es un sinvivir y nunca debería ser una opción. Podéis valorar la idea de ir a terapia de pareja para ver si es posible recuperar la confianza o dejar definitivamente la relación.

Cómo mantener los celos patológicos a raya
Para mantener los celos patológicos a raya lo más adecuado sería acudir a un especialista para superar los celos patológicos, para así mejorar tu salud emocional, sanar tus heridas emocionales y darte herramientas para mejorar tu autoestima, gestión emocional y creencias tóxicas acerca del amor. Si sufres de celos en un alto grado hay mucho trabajo que hacer a nivel psicológico y que por ti mismo no podrás hacer ya que son pensamientos obsesivos e intrusivos que no te dejan pensar racionalmente. Y al final acabarán provocando lo que más miedo tienes: que se rompa la relación. Nadie aguante ese nivel de celos (ni se debería) y acaba haciendo mella en la relación.
Mientras los trabajar te doy unos consejos para que puedas empezar a trabajarlos:
1.-Analízate. Observa en qué momentos son los que más sientes celos. Puede ser alguna situación en concreto, una persona o un momento emocional tuyo. Analiza cuando se producen y escríbelo, así como los pensamientos y creencias que aparecen en tu mente y los comportamientos que sueles hacer. Así podrás ir tomando conciencia de cómo se producen de forma más objetiva.
2.- Mejora la comunicación con tu pareja. La comunicación es fundamental en una relación y es la asignatura pendiente en la mayoría de las parejas. Debemos trabajar en nuestra comunicación, en expresar las cosas sin que sean chantajes, exigencias o reproches. Que sea una comunicación efectiva, sana y que el mensaje llegue.
3.- Trabaja tu autoestima y heridas emocionales. Cuando tienes una sana autoestima y tus heridas están trabajadas, no verás fantasmas en todas las esquinas ni te sentirás inferior a nadie. Al final son el origen de muchos de nuestros problemas y uno de ellos en algunos casos son los celos patológicos e inseguridades personales. Nadie podrá darte la seguridad que buscas fuera, ya que ese miedo está dentro de ti (a no ser que sean celos fundados).
4.-Revisa tus creencias negativas acerca del amor. Nos han vendido que el amor es posesión, y claro, así hay mucha gente que piensa que cuantos más celos más amor. Pero nada que ver como ya vimos antes. El amor es poder elegir libremente a la otra persona entre todas las demás. En cambio los celos son control, son una cárcel que te limitará más y te creará más dolor.
5.-Acepta que tu pareja encuentre satisfacción fuera de ti. No puedes ser la única fuente de placer de tu pareja. También disfrutará estando con sus amigos, con su familia, haciendo sus hobbies… eso no hace que te quiera menos. Al contrario, es muy sano en una relación el tener espacios diferenciados donde cada uno pueda desarrollarse como persona. No puedes ser TODO para la otra persona. No es sano.
6.-Redirige la atención hacia ti. Los celos se suelen volcar hacia el otro cuando en verdad es algo que refleja algo que nos pasa dentro. Debemos redirigir nuestra atención hacia lo que nos pasa, lo que estamos pensando y creyendo, aquello que se remueve dentro de nosotros cuando nos sentimos así. Algo que nos conecta a nuestra historia de vida que se reabre con los celos y que tememos que vuelva a suceder. ¡Ahí está la clave!
7.- Revisa tus límites. Igual tus celos están siendo fundados. En ese caso revisa cuáles son tus límites innegociables en pareja para ver si se están vulnerando. Es normal sentirse inseguro en una relación insegura, y si este es el caso el problema no lo tienes tú sino el lugar en donde estás.
Recuerda que los celos no hacen sentir bien a nadie. Una relación debería ser un sitio donde te hagan sentir bien, a gusto y que confían en ti. No constantemente analizado, controlado y recriminado. Nadie quiere estar donde le hacen sentir así. El amor no se obliga, se disfruta. Y si no se puede hay que revisar de donde vienen y cómo es la relación para salir de ese bucle tan doloroso.