Hoy os voy a hablar de la herida de la traición. Otra de las 5 heridas emocionales que se crean en la infancia y que tanto daño nos hacen en la vida adulta. Reconocerla, aprender de ella y de sus características y máscara, nos ayudarán a ser más conscientes de nuestras heridas para así sanarlas. Os contaré en qué consiste esta herida y cómo se puede sanar.

La herida de la traición se forma cuando sentimos que de niños algunos de nuestros padres no mantuvieron sus promesas o traicionaron nuestra confianza, como por ejemplo en situaciones cómo:

 

  • Promesas que no se cumplieron jamás.
  • Expectativas no cumplidas según las ideas que teníamos de un progenitor ideal.
  • No responder de la forma esperada o no cumplir con lo acordado.
  • Nos hicieron creer una cosa y luego sentimos otra, por lo que nos sentimos engañados.
  • Contaron cosas tuyas íntimas a otras personas.
  • Escogieron a otra persona en lugar de a ti (otra mujer/marido, un nuevo hermano…), haciéndote a un lado.

 

 

Esta sensación de traición que interpretamos en nuestra infancia provocó una sensación de gran desconfianza en los demás, como que hay que estar alerta por si nos vuelven a traicionar otra vez ya que no te puedes fiar de nadie.

 

Esta herida está normalmente asociada al progenitor del sexo opuesto.

 

¿Cómo se manifiesta la herida de la traición?

 

 

La máscara propia de la herida de la traición es: la del controlador/desconfiado. Las máscaras tratan de protegernos de nuestro principal miedo, que aquí sería el volver a sentirnos traicionados. La máscara ser convierte en nuestro único mecanismo de protección porque no hemos aprendido a hacerlo de otra forma. Y creemos que nosotros somos así, cuando es algo aprendido para nuestra supervivencia. Con el control se trata de asegurar que los demás mantendrán sus compromisos y sean fieles a sus promesas.

 

 

Sus características son:

 

 

  • Personas que necesitan controlarlo todo, por lo que los niveles de estrés son muy altos.
  • No soportan la incertidumbre, por eso con el control se sienten a salvo.
  • Fobia a las mentiras, a las promesas no cumplidas, a las traiciones, las infidelidades….
  • Confunden su necesidad de control con carácter fuerte.
  • Tienen la creencia “piensa mal y acertarás”.
  • Son personas celosas, que creen que con el control evitarán ser engañadas.
  • Tienen unas altas expectativas y exigencias, lo que acaba convirtiéndose en traición ya que sus exigencias son inalcanzables. Cuando son ellos los que incumplen sus promesas se justifican o incluso llegan a negarlo.
  • Sentimiento de tristeza profunda cuando se sienten muy solos.
  • Creen que siempre tienen la razón, son muy tajantes, exigentes e incluso crueles.
  • Dan la imagen de ser fuertes y poderosas, y así creen ser.
  • Van del amor al odio muy fácilmente, si sienten que han perdido el control.
  • Se asustan si la otra persona no accede a su control.
  • Se forma rápidamente opiniones sobre los demás o algo.
  • Hacen lo que sea necesario para conseguir lo que quieren: desde ser cruel, hasta usar el victimismo o el chantaje emocional.
  • Son personas que les cuesta abrirse a los demás, por miedo a ser vulnerables, y a la vez se sienten muy solas.
  • Son muy críticos con los demás, y muy competitivos.
  • Le cuesta ceder.
  • Disfrazan su necesidad de control como si fuera ayuda.
  • No soporta a las personas que llegan tarde, a la pereza, la hipocresía y la mentira. Los rechazan.
  • Es más exigente con quienes le rodean que consigo mismo, aunque también lo son con ellos mismos para poder demostrar que son merecedores de confianza.
  • No participa en situaciones conflictivas o en donde no tendrá el control de la situación.
  • Le es muy difícil depositar su confianza en otros, pero en cambio les cuesta comprender que los demás no confíen en él/ella, interpretándolo también como una traición. Por eso trata de conseguir siempre la confianza de los demás y no sentirse traicionado.
  • No soportan a quienes no pueden controlar o les hacen perder el control.
  • Siempre tiene que tener la última palabra.

Como las expectativas son tan altas siempre terminan decepcionados por los demás, lo que refuerza la idea de que los demás siempre les traicionan. Lo que no se ve son las veces que se traiciona a otros o se traicionan a si mismo, ya que como es visto de forma tan inaceptable no quieren asumirlo ni verlo. Por eso si se llega a ser consciente de ello, llegan a justificarlo o incluso negarlo.

 

 

De las 5 heridas, la herida de la traición es la que presenta mayor número de altibajos emocionales, pasando del amor al odio, de la rabia a la amabilidad en un minuto, por lo que los demás no saben a qué atenerse creando una sensación de traición en los otros. Como vemos siempre, quien porta las heridas también las provoca, y en este caso también es así.

 

 

Como les cuesta fiarse de los demás, mantienen bastante las distancias emocionales y no cuentan cosas íntimas por miedo a que las utilicen más adelante.

 

 

Cada vez que alguien no cumple con sus expectativas o compromisos, se activa la herida de la traición y viene el dolor. Se creen fuertes, tratando de demostrarlo en todo momento, pero en realidad tienen una gran sensibilidad de las que nunca quiere hablar ni ver. Piensan que si es mejor no mostrar su vulnerabilidad para que los demás no se aprovechen de él/ella y le controlen.

 

 

La paciencia y la flexibilidad no son unas de sus características, y si las cosas no salen como tenían pensando y planeado se frustra con mucha facilidad. Tratan de controlar lo incontrolable, lo que les lleva a perderse el presente y a no saber adaptarse a las circunstancias. Se pierde muchísima energía y es agotador mentalmente.

Suele estar asociada a la herida del abandono, la que tenga más características será la máscara que ha sobresalido sobre la otra. El abandono no siempre trae sentimiento de traición, pero la traición siempre trae sensación de abandono. Puede modificarse a lo largo del tiempo, y pasar de una a otra.

 

 

¿SE PUEDE SANAR ESTA HERIDA EMOCIONAL?

 

 

Si, afortunadamente, así como todas las demás heridas emocionales de la infancia pueden sanarse y tratarse para sanarlas.

Lo ideal es trabajarlo con un psicólogo especializado en el tema (no todos los son). Por ejemplo mi equipo y yo somos expertas en apego y heridas emocionales puedes ver la info de nuestras sesiones aquí.  Pero si prefieres hacerlo por tu cuenta tienes la opción de mi CURSO ONLINE PARA SANAR HERIDAS EMOCIONALES. No sustituirá nunca una terapia pero encontrarás herramientas para poder trabajarlas y sanarlas. También es útil para ti si eres psicólogo/terapeuta y quieres aprender a trabajar con estas heridas en tu consulta. Aquí encontrarás más información.

 

 

 

 

 

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