Duele mucho sentirse defraudado, esa decepción que sentimos cuando lo que esperamos de alguien al final no se corresponde con la realidad, cuando tenemos unas expectativas de que suceda algo y al final se queda en nada, o cuando deseamos que las cosas salgan de una forma y todo se tuerce.

Todos vivimos y viviremos las decepciones, ya que por suerte o por desgracia (esto ya os lo explicaré con calma en otro post) nunca saldrá todo como nosotros queremos o deseamos.

Resumiendo, una decepción ocurre cuando nuestras expectativas sobre algo o alguien no se cumplen. Quien lo haya sentido sabe que es una emoción de lo más desagradable, nos crea rabia, ira, desilusión y frustración. Como hemos visto arriba no nos podemos escaquear de las decepciones pero si podemos aprender de ellas para salir fortalecidos. Veamos cómo podemos hacerlo.

De donde vienen las expectativas

En mi post «La trampa de las expectativas» os explicaba esto con más detalle. Nos hacemos expectativas de casi todo. De cómo debería comportarse nuestra pareja, como tendría que ser nuestro jefe, de como debería ser nuestra vida, del comportamiento de mi compañero de trabajo, … y cuanto más minuciosas, detalladas y altas sean tus expectativas más grande será la caída.

Tú puedes desear algo con todas tus fuerzas, o esperar que otro se comporte de otra forma porque para ti es lo normal o es como tú te comportarías. El problema es que no tenemos un control ni sobre como se desarrollan los acontecimientos ni sobre el comportamiento de los demás.

Crearnos expectativas puede resultar ser algo muy peligroso.

Por ejemplo cuando tú das algo esperando recibir algo a cambio, estás poniendo una expectativa en el otro. Esperas que tu conducta sea respondida de la misma forma. Este pensamiento solo crea dolor. Si tú das algo esperando recibir, te estás equivocando de pleno. Por que si la otra persona no corresponde con tus altas expectativas (que será lo que ocurra con más facilidad) te verás defraudado o defraudada.

Si quieres dar o hacer algo por alguien hazlo de corazón, sin pedir nada a cambio, sin esperar nada. Sólo por el placer de hacer feliz a alguien a quien quieres, sin expectativas. Es lo que hablaba en el post de las trampas de las expectativas como «mejor sorprenderse que decepcionarse».

Veamos cómo podemos superar y salir fortalecidos tras una decepción.

Acepta las decepciones como parte de tu vida

Puede que sea tu pareja, un amigo íntimo o algo muy importante para ti. Algo o alguien que se cruza y pone patas arriba tu vida. Un trabajo importante que se pierde, una pareja que te engaña, un amigo que te traiciona… son cosas que te han tocado vivir y de las que no podemos evitar decepcionarnos. No te definen, tú no eres lo que te ocurre. Tú eres lo que haces con ello.

Deja de culparte

No podemos controlar el comportamiento de los demás. Si han hecho algo hiriente y deshonesto es problema suyo, no tuyo.

Tu responsabilidad es lo que haces con lo que te hacen.

Observa tus emociones

Las emociones que despierta una gran decepción son muy poderosa: rabia, dolor, frustración, ira. Cuando estamos dentro de ellas nos controlan y arrasan con todo a su paso. Lo indicado es observarlas e intentar comprenderlas para poder liberarlas de una forma adecuada que no nos haga arrepentirnos de lo que hagamos.

Todo pasa

Aunque ahora mismo te veas en el fondo del pozo y creas que no saldrás nunca, todo pasa. Ya sé que es un tópico, pero lo es porque es muy cierto. Con el tiempo las cosas se ven de otra manera y lo que hoy de parece un mundo, dentro de un tiempo hasta puede que te haga reír. Seguro que hace no mucho pensabas que no superarías algo y al final no fue para tanto. Creciste, te curaste, sacudiste tus plumas y a volver a volar.

Aprende la lección

Toda vivencia tiene un aprendizaje. Averigua que es lo que debes aprender de esta situación que estás viviendo. Sacar el lado positivo a tanto dolor hace que no todo haya sido en vano. En ocasiones hay que caer en lo más bajo para aprender grandes lecciones de la vida.

Lo bueno que tiene es que aprendes a ver a las personas desde otra perspectiva,  a valorar a las personas que te tratan con respeto y amor, y haces limpieza en tu vida de personas que restan.

como superar decepción

Rodéate de gente buena

Yo con la edad he ido perdiendo a gente. Mucha se ha quedado en el camino por circunstancias de la vida y otra directamente les he tenido que mostrar amablemente donde estaba la puerta. Si alguien no te aporta nada, solo trae negatividad, malos rollos y problemas que se vaya por donde ha venido. La vida ya te traerá problemas sola para que te venga alguien a traerlos a la puerta de tu casa.

Habla con gente de tu entorno que no te juzgue y que te escuche. Que te haga sentirte bien. El simple hecho de compartir tu dolor hará que sea más liviano.

Vuelve a confiar

Mucha gente tras una gran decepción se encierra en un chubasquero de protección, y “deciden” no volver a confiar en nadie para no volver a sufrir. Creo que es muy injusto con uno mismo, permitirse perder experiencias y personas por que alguien nos decepcionó. Fue el otro el que jugó con tus sentimientos, te traicionó. ¿Acaso también debes castigarte por ello? Date el permiso de confiar, de volver a amar, de volver a enamorarte. La vida es demasiado corta como para desaprovecharla por una mala experiencia.

Haz cosas que te apasionen

Seguro que siempre has querido hacer algo que por falta de tiempo, porque a tu pareja no le gustaba, o simplemente porque lo llevas posponiendo mucho tiempo. Es hora de retomar tus pasiones: viaja, sal, relaciónate, conoce a gente, haz deporte, ve a clases de piano, de danza o de lo que más te guste. Sal de tu zona de confort y sal a buscar aquello que te hace feliz.  

Porque recuerda… con la decepción la clave es lo que hagas con ella. Si la vida te da limones, haz una limonada.

¿Quieres mi EBOOK GRATUITO sobre "CÓMO PASÉ DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL AL AMOR SANO"? ¡Solo tienes que suscribirte y tendrás acceso automático!

¡Te has suscrito correctamente!