Estamos más acostumbrados a ver el chantaje emocional en el ámbito de la pareja pero en realidad puede aparecer en cualquier relación personal (familiar, de amistad o incluso de trabajo). Debemos tener mucho cuidado para poder detectarlo a tiempo para poder cortar de raíz  esta conducta manipuladora.

¿Qué es un chantajista emocional?

Pues es una persona que consciente o inconscientemente, utiliza como armas el miedo, la obligación o la culpa para exigir que la otra persona actúe según bajo sus deseos o necesidades. Cualquiera puede convertirse en un chantajista emocional, sobre todo después de sufrir ciertos hechos desencadenantes como una ruptura o un despido, cuando la autoestima y la falta de control llevan un duro golpe; otros llevan acarreando años de inseguridades e incertidumbres; unos son sutiles y otros son más directos en sus chantajes, pero todos ellos tienen rasgos comunes que los identifican: el miedo a la pérdida, el rechazo y el terror al cambio.

Un chantajista usará la información que tiene de la otra, sus miedos más profundos para hacerse con el control. Unas veces usarán como armas las amenazas veladas o directas, en otras el silencio, los celos, los castigos, la culpa, las promesas, la humillación, la crítica o una actitud victimista para lograr sus deseos. De manera de si no haces lo que quieren te sentirás culpable, pero si lo haces también.

El mensaje velado de un chantajista emocional es “si no haces lo que quiero eres muy malo o vas a sufrir, porque eres un egoísta». En definitiva usan a la otra persona para un beneficio propio, sin importarles si causan miedo, angustia malestar o culpa en la otra persona, lo único que les importa son ellos mismos. La manipulación llevada al extremo supone un maltrato psicológico.

¿Cómo evitar el chantaje emocional?

Para poder parar con esta espiral de dominación lo primero que debemos hacer una vez detectado es no ceder a sus chantajes. Una vez que cedemos, aunque lo hagamos con la intención de que no volver a hacerlo o sólo para conseguir la paz, estamos estableciendo un esquema de actuación por parte del chantajista que comprende que mediante el chantaje podrá lograr sus expectativas. Es decir, que si cedemos estamos entrenándole a actuar así.

Una buena forma de detectarlo es escuchar nuestras propias necesidades y sensaciones, y que no debemos hacer nada por temor a la culpa, al rechazo o a los desaires. Una cosa es pedir y otra muy diferentes exigir. Cuando uno pide le da la libertad al otro de elegir de hacerlo o no, en cambio al exigir no hay otra alternativa. Si ves que te están exigiendo algo, para y escucha tus propias necesidades. Pregúntate que es lo que te impide decir NO y poner límites. Te recomiendo que leas mi artículo «Cómo aprender a decir no».

Evita a esas personas en la medida de lo posible, pero no trates de cambiarlas porque uno no puede ayudar a otro que no quiere cambiar o que no sabe que tiene un problema.

acabar chantajistas emocionales

¿Y si vivo en una relación donde el chantaje emocional es algo habitual?

Un modo de desmontar el chantaje es poner en palabras todo aquello que está de manera velada o indirecta para aclarar la situación ambigua. La comunicación es siempre el mejor antídoto ya que desarma a la otra persona. Si piensas que llevas demasiados años dentro de esta espiral y que no sabes relacionarte con esa persona de otra manera, deberías ponerte en manos de profesionales. Seguramente tu autoestima y capacidad de actuación están reducidas a la mínima expresión debido a años de chantaje. Incluso en muchas relaciones el chantaje es mutuo, es una pelea continua por el poder, convirtiendo la relación en un campo de batalla.

Si te has identificado como chantajista y no lo sabías, que sepas que hay solución, que los esquemas de actuación son aprendidos y que podemos cambiarlos aprendiendo otros nuevos que sean más sanos tanto para nosotros como para los que nos rodean. Así conseguiremos relaciones armoniosas basadas en la reciprocidad y el respeto mutuo, no en la exigencia y el miedo. Si crees que sólo no puedes, siempre puedes contar con un profesional que te guíe en el proceso. No estás sólo.

Porque recuerda… cuando se teme a alguien es porque le hemos dado poder sobre nosotros.

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