Si te preguntarán cuales crees que son las fuentes de felicidad, ¿qué contestarías? Piénsalo durante un momento. Puede que contestaras que el dinero, conseguir una posición social, el éxito, la fama, estar casado,…. Pues bien, está comprobado que todos estos factores TODOS JUNTOS sólo corresponden al 15% total de la felicidad. Los estereotipos que tenemos en nuestra cabeza acerca de lo que uno debería tener para ser feliz no corresponden con la realidad.
¿Qué nos hace estar felices?
Vemos constantemente a personas que supuestamente lo tienen todo, que han conseguido lo que se considera un gran éxito en sus vidas y que son sumamente infelices. Muchos están sumidos en profundas depresiones y en el peor de los casos han intentado suicidarse. Un ejemplo son algunas estrellas de cine o cantantes de éxito, que tras alcanzar lo más alto acaban en lo más bajo.
Lo tienen todo en principio para ser feliz, fueron agraciados con un buen físico, tienen éxito, son aclamados en medio mundo, trabajan en lo que les gusta, les llueve el dinero, tienen fama, las mujeres/hombres se pelean por estar con ellos… pero eso por sí sólo no da la felicidad.
Incluso en seguimientos a personas que recibieron grandes premios en la lotería, se pudo comprobar que a los pocos meses después del subidón de haber sido premiados, vuelven a la misma situación mental en la que se encontraban antes de haberles tocado la lotería.
En la sociedad en la que nos ha tocado vivir se mitifica el dinero y el éxito, y por eso tendemos a creer que si tuviéramos mucho dinero o fuéramos famosos seríamos más felices. Pero ya sabemos que eso no es cierto.
Entonces, si ni el dinero, ni el éxito, ni la fama dan la felicidad…
¿Cuáles son las verdaderas fuentes de la felicidad?
Antes me gustaría aclarar un concepto. La palabra felicidad es una de las más difíciles de definir. Mucha gente entiende la felicidad como no tener problemas nunca, ser demasiado superficial o tener buena suerte. La entienden como una serie de momentos en la vida específicos, cuando todo en la vida de uno va como debería ser.
Yo aquí hablo de otro tipo de felicidad. Me refiero a la felicidad como una actitud mental ante de vida, donde se es consciente de que en la vida ocurren cosas buenas y malas, donde se acepta nuestro pasado, nuestros errores y nuestro presente.
La felicidad es un bienestar mental interno, una decisión y un modo de vida.
La felicidad no se trata de estar riendo constantemente, ni de no tener problemas nunca. Obviamente nuestra genética y nuestra educación así como nuestras experiencias influirán en como interpretemos la vida y la felicidad, pero está más en nuestras manos de lo que parece.
El amor
El amor es una de las mayores fuentes de felicidad. Y no hablo solo del amor romántico, también me refiero al amor de amigo, de hermanos, de padres, de hijos, de mascotas… ese sentimiento íntimo de unión positiva con alguien que te hace sentir bien.
Ejercicio y vida sana
El ejercicio libera en el cerebro endorfinas que es la droga natural de la felicidad. Además segrega serotonina que nos hacen estar más felices, y también alivia el dolor y mejora el sistema inmune. ¡Todo son ventajas!
Sé más generoso
No hay nada más triste que tener algo y no poder compartirlo con nadie, sea felicidad, amor, una sonrisa o un abrazo. Sé más generoso, trata bien a los demás con pequeños gestos diarios. Te proporcionará bienestar a ti y a los demás.
Buena actitud
Una buena actitud es un 90%. Tú decides si afrontar los problemas diarios con cara de pocos amigos o con una actitud más positiva y optimista. No todo va a salir bien a la primera, ni van a dejar de llegar problemas, pero si podemos elegir nuestra actitud ante ellos.
Sé agradecido
La gratitud es una emoción cargada de emociones positivas. Cuando uno agradece lo que tiene, lo que ha conseguido y hasta donde ha llegado se siente bien. Puede ser con alguien en concreto, contigo o directamente con la vida por haberte puesto en el camino de esa persona, de ese empleo, de esa oportunidad, por todo lo que has logrado…
Persigue tus sueños
Las metas, asumir riesgos, querer crecer y lograr tus objetivos te sacan de tu zona de confort y te da verdadera felicidad. Puede que no te lleve a donde tenías pensado pero crecerás y aprenderás por el camino de una forma que no te puedes imaginar.
Haz lo que te gusta
Ya lo decía Steve Jobs, «necesitamos a más gente que ame su trabajo». Una vez que trabajas en lo que te gusta no trabajarás ni un solo día. Si tú no estás entre esos afortunados mientras trabajas en ello puedes dedicar parte de tu tiempo en hacer algo que te guste y te produzca satisfacción.
Felicítate por tus logros
Es fácil centrarse en los errores pero ¿y todos los logros que has conseguido? No les quites importancia y felicítate por ellos.
Trabaja en tus habilidades personales
Lo que hace que unos sean felices y otros no, son las habilidades personales, que corresponden al 85% restante de las causas de la felicidad. Lo bueno de esta noticia es que TODOS podemos trabajarlas independientemente de nuestra situación sentimental, nuestra cartera o nuestros éxitos. Entre ellas están las habilidades para sobreponerse a las adversidades (resiliencia), el optimismo, ayudar a los demás, el dar amor, el aprender de los errores, el querer ser cada día mejor persona… estas habilidades y muchas más son las que hacen que uno se sienta más pleno y feliz consigo mismo.
La felicidad está en la cabeza, no fuera.
¿Todavía quieres seguir siendo famoso y con éxito o prefieres trabajar en tu interior para depender menos del exterior? En tu mano está, ahora todo depende de ti.
Porque recuerda… eres más que la suma de tus actuales circunstancias.