Todos tenemos pensamientos negativos en mayor o menor medida. Son dañinos, limitantes y pueden afectar a cualquiera de nuestras facetas en la vida. Nuestros pensamientos son los responsables de como nos sentimos y de lo que hacemos. Los pensamientos influyen en como percibimos las situaciones, lo que determina como nos sentimos y a su vez nuestras emociones influyen en nuestro comportamiento. Es la pescadilla que se muerde la cola. Pero ¿qué son los pensamientos negativos y cómo reconocerlos?
Los pensamientos son nuestros filtros
No a todos nos afectan las mismas cosas, ni reaccionamos de igual manera ante la misma circunstancia. Los pensamientos que tenemos hacen de filtro de las situaciones que vivimos y a través de ellos interpretaremos la realidad de una forma u otra. Si son positivos no hay problema, nos sentimos motivados, llenos de energía y proactivos para la búsqueda de soluciones para cuando lleguen los problemas. Pero los negativos… ya es harina de otro costal. Nos paralizan, nos dejan sin energía, nos impiden llegar a nuestros objetivos, nos dificultan la vida diaria, nos infravaloramos y nos hacen ser muy infelices. Es una bola de nieve que se retroalimenta y de la que parece muy difícil salir.
Nuestros pensamientos es esa vocecilla, ese diálogo interno que tenemos con nosotros mismos. A veces solo susurran y otras parecen gritarnos. Normalmente son distorsiones cognitivas o patrones de pensamiento irracional. Nos juzga, nos limita, nos hace sentir pequeños. Es nuestra peor enemiga y además la llevamos a cuestas. “¿Pero tú adónde vas, que no tienes ni idea?” “¿te has visto bien antes de salir de casa? Vaya pintas”, “No me quiere nadie”,“no sirvo para nada”, “soy un/una inútil”. Puede ser sobre tu físico, tu valoración como persona, sobre tus habilidades, tu inteligencia, tu capacidad para amar y ser amado o como te ven los demás.
Pero parecen tan reales…
“Parece que tienen razón, nos dan un montón de razones, pruebas y justificaciones de lo que dice. ¿Cómo voy a juzgar algo que parece tan real?” Los pensamientos como vimos antes, hacen de filtro de la realidad. Por eso parecen tener siempre razón, ya que buscarán aquella información del exterior que confirme sus palabras.
Muchas veces no nos damos cuenta, pero no solo los retenemos, sino que además los alimentamos haciendo que crezcan y nos envenenen. Nos generan emociones negativas, dañinas y tóxicas contra nosotros mismos, y a su vez influye en nuestro comportamiento. ¿Por qué los alimentamos si van en contra nuestra? Pues porque los primeros pensamientos negativos que aparecen los juzgamos como ciertos. Detrás de un pensamiento, viene otro, otro y otro, y cuando te quieres dar cuenta tienes la cabeza como un bombo.
Pensamiento – Emoción – Conducta
¿Qué es lo que diferencia a una persona feliz de otra infeliz?
La única diferencia es la calidad de los pensamientos que tenemos. Todos tenemos problemas, unos más serios otros más mundanos, pero al fin y al cabo todos tenemos problemas. Pero no a todos nos afectan de la misma forma. Incluso hay personas que salen fortalecidas gracias a los baches de la vida (lo que en psicología llamamos resiliencia, podéis leer de que se trata AQUÍ). La diferencia entre los que se dejan hundir y los que flotan ante los problemas son los pensamientos mayoritarios que tengamos.
Es imposible controlar todos los pensamientos que pasan por nuestro cerebro. Se estima que tenemos cerca de 60.000 pensamientos al día, siendo la gran mayoría de forma inconsciente. Durante todo el día nuestro cerebro está trabajando, incluso mientras dormimos. ¿Cómo podríamos filtrar toda esa cantidad de pensamientos para eliminar los negativos? Pues no se puede.
Intenta no pensar en un perro verde. No pienses en un perro verde. Mira que te he dicho que no pienses en un perro verde… ¡y vas tú no paras de pensar en un perro verde!. ¿Magia? ¿Brujería? ¡NO! Si centras tu atención en NO tener un pensamiento en concreto, lo que estás haciendo es justamente lo contrario. Estás centrando TODA TU ATENCIÓN justamente en ese pensamiento. No es una buena técnica pero hay otras que os contaré en el siguiente post que os pueden ayudar a modificar estos pensamientos negativos por otros más sanos.
¿Cuáles son los tipos de pensamientos negativos más habituales?
Lo mejor para que puedes identificar los pensamientos negativos es conocer de que tipos hay.
- Adivinación. Como si de Aramis Fuster en sus mejores tiempos se tratara, nuestra mente predecirá (negativamente para nosotros, claro) el resultado de algo que queramos hacer. Aprobar un examen, comenzar una relación, emprender un negocio… da igual, lo que sea, siempre tendrá un resultado negativo en nuestra mente futurible. Esto nos impide actuar, nos resta posibilidades y hace que perdamos oportunidades por miedo.
- Leer la mente. Parecida a la anterior, pero en este caso somos Anthony Blake y sabemos exactamente lo que piensa la gente y lo que opina de nosotros. Obviamente siempre será un pensamiento malo de los demás hacia nosotros.
- Pensamiento dicotómico. Es cuando en nuestra mente no hay grises, todo es o blanco o negro. Y suele ser negro, muy negro. Se vuelve tremendista, y magnifica los problemas para hacerlos inabarcables y minimizar nuestras aptitudes y capacidades.
- Pensar con «debería». Cuando ponemos la palabra “debería” delante de una acción se vuelve de obligatorio cumplimiento. TENEMOS que hacer determinada cosa, DEBERÍAMOS hacer tal otra. Esto nos crea una pesada carga sobre los hombros.
- Generalizar las situaciones. Seguro que os ha pasado. Te ocurre una situación desagradable, y a partir de ahí nuestra mente decide que TODO LO MALO TE OCURRE A TI o SIEMPRE ME PASA ESTO. De ocurrir una vez o dos, tu menta ya decide que es una generalización y que va a ocurrir lo mismo. Es una visión fatalista de la realidad, pero poco cerca de la verdad.
- Dramatizar. Hay gente que es adicta al drama. Se adopta un papel de víctima donde se pierde todo el poder, la responsabilidad está fuera. Si os interesa el tema tenéis mi artículo Adiós al victimismo.
- Exagerar lo negativo. Cuando nos fijamos en la parte mala, desechando lo bueno como si no existiera o no lo valoráramos. Centramos nuestra atención en lo negativo dándole más fuerza sobre nosotros.
- Etiquetas. Ponemos una serie de etiquetas sobre nosotros y los demás, que limitan nuestro comportamiento. Serio, aburrida, fracasado, solterona, estúpido. Suelen ser adjetivos descalificativos, y nos hace que nos comportemos como tales etiquetas.
- Sentir los pensamientos. Pensamos que nunca encontraremos el amor, y así lo sentimos. Hacemos de los pensamientos una realidad, y al final somos nosotros mismos con nuestro comportamiento los que lo hacemos real.
Todos estos tipos de pensamientos lo que nos provocan es un gran malestar. Ya hemos visto qué son los pensamientos negativos, de que se tratan y de qué tipos ahí para poder reconocerlos. En el post «Cómo modificar pensamientos negativos» os cuento técnicas para conseguir modificar los pensamientos negativos a nuestro favor.
Contadme, ¿Cuáles son vuestros pensamientos negativos recurrentes? ¿habéis tratado de ir a terapia para solucionarlo?
Porque recuerda… no es lo que sucede lo que nos afecta, sino la interpretación que hacemos de ella.
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