Hay leyes que rigen nuestra vida sin que las conozcamos, lo mismo que rige la ley de la gravedad sepamos que existe o no. Principios que están ahí y que condicionan nuestro día a día. Conociéndolas, las podemos usar a nuestro favor  para que nos facilite la vida.

¿Pero que es el principio 90/10? ¿Cómo rige mi vida? ¿Cómo lo puedo aplicar en mi favor? Sigue leyendo y entérate de todo.

¿Qué es el principio 90/10?

Fue descrito por Stephen Covey en su libro «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva».

Este principio o regla nos afecta a todos sin excepción. Significa que el 10% de nuestras perturbaciones vienen por percepciones directas, es decir, que en nuestra vida SOLO el 10% está relacionado con lo que nos pasa y el 90% restante sería nuestra percepción y reacción a aquello que nos pasa. Esto es muy interesante, porque normalmente nos quejamos de que no tenemos control sobre nuestra vida y resulta que SOLO EL 10% es algo incontrolable para nosotros.

No puedes evitar tener un jefe tonto y altivo, que tu automóvil se estropee, que te llegue una factura con la que no contabas, los atascos cuando tienes prisa, que tu autobús se retrase… Todos estos eventos y muchos más que podría enumerar se encuentran fuera de nuestro control.

Pero ¿dónde entramos nosotros? Pues en nuestra REACCIÓN. Ahí reside el 90% de nuestras perturbaciones y malestares diarios. Es nuestra percepción de lo ocurrido lo que nos hace reaccionar de una determinada manera u otra. Esto lo podemos aplicar a todas las áreas de nuestra vida: nuestra relación de pareja, nuestras relaciones laborales con jefes y compañeros, nuestras relaciones de amistad y familia….

Por eso una determinada situación nunca afectará a dos personas de la misma manera.

¿Cómo quieres que te afecten a ti las cosas?

No se trata de pasar de todo o de tragarse las cosas, sino de darle la importancia a las cosas que realmente lo merecen. Se trata de respirar hondo ante algo que está pasando y que no puedes controlar. Se trata de no estropear un día, una relación o un trabajo por una mala reacción de 5 segundos.

¿En qué modo podemos aplicar este principio en nuestro día a día?

A lo largo de nuestra vida se han ido formando conexiones automáticas que hacen que actuemos sin pensar. Son reacciones automáticas que no cuestionamos, las vivimos pero no las controlamos y nos causan estrés, malhumor, enfados e infelicidad. Lo ideal sería respirar hondo, calmar la reacción que arrasaría con todo, relativizar y tomar las riendas de nuestras reacciones sobre los acontecimientos que nos van pasando.

Si se nos estropeo el coche siempre podemos ir en autobús, si el niño me mancha la camisa antes de ir al trabajo me la cambio y llego al trabajo sin problemas, si hay atasco pues llegaré un poco tarde al trabajo pero no pasará nada porque casi todo el mundo llegará igual que yo,…

Aplicando este simple principio mejorará tu calidad de vida, te estresarás menos, te sentirás más dueño de tu vida y en definitiva serás más feliz. Si tú cambias, todo cambia.

Porque recuerda… sé algo más que un prisionero de tus reacciones. ¡¡Elígelas!!

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