Thomas Edison fracasó 1200 veces hasta conseguir inventar la bombilla, ¿pensarías de él que fue un fracasado? Pues no lo era, y él tampoco lo pensaba. Aunque muchos de sus conocidos pensaran que era imposible su propósito, una locura.

Muchos científicos de la época lo habían intentado y habían tirado la toalla, pero él lo intentó hasta que tuvo éxito. Cuando su ayudante le preguntó por qué se empeñaba en hacer la bombilla después de más de 1000 fracasos, él le contestó “no son fracasos, he aprendido 1200 maneras de cómo no hacer una bombilla”. El fracaso es solo un camino equivocado hacia la meta.

¿De dónde viene el miedo al fracaso?

Es ese miedo irracional, esa vocecilla interna que se presenta sobre todo cuando tenemos que tomar una decisión importante o aprovechar una oportunidad en la que hay que arriesgarse. Cuanto mayor es el riesgo mayor es el miedo. La vocecilla será más atronadora para repetirnos frases desalentadoras para que nos quedemos donde estamos. Nos paraliza, nos limita y nos aterra.

El fracaso está detrás de los grandes miedos. Tenemos miedo de no estar a la altura, de que las cosas no salgan como nosotros queremos , de no ser lo suficientemente buenos… Este miedo es el que más nos afecta en la toma de decisiones, aunque sean para mejorar nuestra calidad de vida.

Mucha gente no hace cambios o no se atreve a hacer cosas por miedo al fracaso. Nos paraliza, nos provoca temor irracional, nos ponemos en lo peor, anticipa situaciones adversas que no han sucedido, a que te critiquen, a perder cosas… todo alimenta a una paralización en la decisión, dejando pasar oportunidades que posiblemente no vuelvan a pasar. Haciendo que dudemos de si estamos haciendo lo correcto.

Si le hacemos caso nos hará perder grandes oportunidades para tener la vida que queremos. Es hora de tomar el control y dejarnos de excusas. Es hora de perder el miedo al fracaso.

fracaso

¿Cómo podemos perder el miedo al fracaso?

Lo imprescindible es cambiar nuestro concepto de “fracaso”. Catalogamos de fracasados a las personas que han intentado algo y no han logrado sus objetivos. Eso no es ser un fracasado, eso es errar en una meta o plan, como le pasó a Thomas Edison 1200 veces con la bombilla. Fracasado sería la persona que no intenta nada, que tiene miedo de desilusionarse a sí mismo y a los demás, que es tal el miedo que tiene que le lleva a no hacer nada para no tener que equivocarse.

Los americanos en cambio no entienden la palabra fracaso de la misma forma de los europeos. Ellos aceptan el fracaso como camino hacia el éxito. Muchas empresas importantes eligen a gente que ha fracasado y se ha vuelto a levantar, más que a los que nunca se han caído nunca. Entienden que esa persona a aprendido algo que los otros no saben todavía. La cuestión no es caerse, sino volverse a levantar. Cuantas más veces se pierda más se aprende.

El miedo al fracaso esconde otros miedos. Analízalo fríamente, ¿A qué tienes miedo realmente? ¿Qué es lo peor que podría pasar si fracasaras? ¿Merece la pena arriesgarse? ¿Qué pierdo si no lo intento? Respondiendo a estas preguntas tendrás una respuesta a porqué tienes tanto miedo, y así poder perder el miedo al fracaso.

El fracaso es el mejor maestro

Ni en la vida ni en el colegio se nos enseña cómo debemos enfrentarnos y asumir las derrotas, y es algo primordial. Hay que enseñar a los niños que fracasar es necesario y una lección de vida, un proceso de aprendizaje. A muchos nos tocó aprenderlo de adultos ¡pero nunca es tarde¡

El  fracaso es necesario para nuestra expansión personal en todos los ámbitos de nuestra existencia. Son experiencias de vida de las cuales aprender y mejorar. Sin fracaso que nos enseñe lo que hacemos mal, ¿cómo sabremos qué cosas hacemos bien para tener éxito? Así aprendemos a hablar, a andar, a escribir… toda nuestra vida se basa en ensayo-error, y aún así no aceptamos los errores personales, cuando son inherentes al ser humano. Es un elemento más de la vida. El fracaso no existe como tal, significa que los planes que hicimos no eran los correctos, sólo debemos modificarlos y volverlo a intentar.

Porque recuerda…”no es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo” Nelson Mandela

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