La vida no siempre sale como uno la imaginaba. Cuando era jovencita e imaginaba mi vida de adulta, me veía con 30 años con trabajo estable, casada y con uno o dos hijos. La vida fue pasando demasiado rápido y al final me encontré con que a los 30 años estaba soltera, en el paro y sin hijos. La vida resultó ir por otro camino de como yo lo había imaginado.
EXPECTATIVAS VERSUS REALIDAD
Cuando me encuentro a alguien que hace tiempo que no veo son siempre las mismas preguntas: ¿te casaste? ¿tienes hijos? O peor aún, se sienten en la posición de juzgar mi vida. “Mira que se te va a pasar el arroz”, “yo a tu edad ya tenía dos niños”, “no sé a que esperas para tener hijos”. Como si la vida fuera una lista de la compra. Como si por estar casada y con hijos significara que tienes que ser feliz si o si. Nadie me pregunta lo importante.
Nadie me pregunta si soy feliz.
Yo no estoy en este mundo para cumplir las metas que otros dicen que debo conseguir. Mis metas son algo más que vestirme de blanco y criar a mis hijos. Estoy aquí para crecer como persona, para cumplir mis objetivos, mis propias metas personales y profesionales, mis retos para llegar todavía más lejos. Yo estoy en este mundo para sacar lo mejor de mí.
Además a veces desde fuera nos parece de lo más sencillo. Como si encontrar a la persona adecuada para compartir tu vida fuera de lo más fácil. Como si tener hijos fuera desearlos y tenerlos. Y tampoco es una decisión que haya que tomar a la ligera. Esperamos a que llegue esa persona con la que formar una familia. Traer a una personita al mundo es una responsabilidad, y hay que elegir bien con quien queremos formar un hogar.
No me juzques
Mi vida no coincide con lo que se espera de mí. Así que señores y señoras, cuando vean a alguien que no cumple con los cánones sociales según su edad piensen un segundo. No sabes que puede haber detrás de una persona que no tiene pareja. Muchas decepciones, desilusiones y una sucesión de corazones rotos. Puede que esa persona haya tirado la toalla, o que piense que no hay nadie para ella. O que su corazón no aguante más desilusiones.
Y detrás de una persona que todavía no tiene hijos peor. Puede que tenga pareja pero eso no es suficiente para tener hijos, o por tener una edad determinada no te hace obligatoriamente querer tener hijos o poder tenerlos. La economía, problemas de fertilidad, problemas de pareja porque uno quiere y otro no, y una sucesión de cuestiones que no están en la mano de esa persona. Se puede hacer mucho daño por pasar por alto detalles que solo esa persona conoce.
Ante la duda es mejor callarse, para no abrir viejas heridas.
Sé feliz a tu manera
La única manera de lidiar la presión social tanto externa como autoimpuesta es la confianza en uno mismo. La vida no es una competición, no todos jugamos con las mismas cartas. Hay gente que tiene la suerte de conocer al amor de su vida en la adolescencia y seguir juntos. Y otras personas tendrán que pasar por muchas relaciones antes de encontrar a la persona con la que encajar. El matrimonio y los hijos deben ser una decisión personal, no una imposición.
Llegado a un punto incluso se llega a interiorizar esas “obligaciones” como “necesidades” que impiden a uno ser feliz, sin pensar realmente que es lo que queremos en nuestra vida. Tener todas las cosas que crees que te lo harán no implica necesariamente que seas feliz. Siempre nos faltará algo en nuestra vida: un trabajo estable, el amor de nuestra vida, un coche nuevo, ese viaje soñado, montar el negocio de nuestra vida, ser madre o padre…. Si nos fijamos en todas aquellas cosas que nos faltan ten por seguro que no serás feliz NUNCA, siempre habrá algo que te falta.
Yo decido ser feliz con las cartas que me han tocado
Nuestros padres con 20 años ya estaban casados e incluso ya con un niño en camino pero eran otros tiempos. Ahora a esa edad todavía estamos estudiando e intentando saber lo que queremos hacer con nuestra la vida. Ahora incluso se ve raro a gente que se casa muy joven, como si fuera un “error” querer ir tan rápido. No es mejor ni peor una cosa ni otra, lo mejor es ser feliz con lo que uno tiene sin entrar en comparaciones estúpidas que sólo te harán ser infeliz. Seguramente esa persona con la que te comparas, hace exactamente las mismas comparaciones envidiando cosas que tú tienes.
Ahora tengo 35 tengo pareja estable, y soy autónoma (por decisión propia). No tengo hijos todavía. Y soy más feliz que mucha gente que conozco que ha conseguido lo que supuestamente te dice la sociedad que necesitas. Claro que me gustaría casarme y tener hijos, pero lo veo como algo que me gustaría vivir, igual que otras tantas muchas cosas. No como una imposición, ni una necesidad.
Por que recuerda… centrarte en lo que no tienes es el bucle de la eterna infelicidad.