Me costó mucho tiempo aprenderlo. Tardé casi 35 años en aprender a hacer el muerto en el agua, debido a mi fobia al agua. Muchas personas intentaron enseñarme por el camino, pero todo acabó el fracaso. Era como llevar plomo en el cuerpo, no conseguía aguantar ni un solo segundo. ¡No flotaba!

Pero yo persistí año tras año, quería aprender. No me rendí nunca. Cada verano lo intentaba pero siempre obtenía el mismo resultado. Pero un día eso cambió.

Hasta que una persona especial me dijo como hacerlo y se hizo un click en mi mente “coge aire, barbilla arriba y déjate llevar”. ¡Claro! Ahí estaba el problema. Mi problema no era de flotabilidad, si no de relajación. Mi mente intentaba con tanta fuerza no hundirse que al final acababa provocándolo.

Fobia al agua

Todo está relacionado con mi trauma con el agua. Cerca de los 8 años en una clase de natación para aprender a nadar, una monitoria poco inteligente me obligó a nadar sin saber. Me dijo que confiara en ella, que no me soltaría… y me soltó. Resultado: niña en el fondo de la piscina y trauma con el agua.

Desde ese momento mi relación con el agua se complicó. No puedo estar en zonas donde no puedo tocar suelo, no sabía hacer el muerto hasta hace nada, puedo nadar perfectamente gracias a clases de natación pero en el momento que paro me voy al fondo… Era mi mente la que hacía que no flotara, no mi cuerpo.

Por culpa de esta amarga experiencia no he podido disfrutar del mar viviendo al lado de la playa. Siempre ha estado presente esta fobia en mi vida, y lo sigue estando. Aunque cada día tengo más control sobre ella y pronto no será más que una anécdota que contar a los nietos.

trauma con el agua

¡Qué orgullosa estoy de aprender a hacer el muerto! Y tú dirás “menuda tontería”, pues para una persona que tenga cualquier tipo de trauma sabe de lo que estoy hablando. Cada paso, cada éxito debe celebrarse como una superación.

Moraleja

Esto lo puedes aplicar a cualquier aspecto de tu vida que quieras mejorar o a un trauma que quieras superar: no te rindas, persiste, para obtener resultados distintos tienes que hacer cosas distintas y déjate llevar. Deja el miedo a un lado, respira, hazte consciente de tu ser. Toma conciencia de que sensaciones está despertando la situación que estás viviendo. ¿Estás ansioso? ¿Inseguro? ¿De dónde vienen? No te identifiques con estas emociones, simplemente las estás viviendo pero no te definen.

Esto no quiere decir que ante un problema debas volverte inerte y no tomar decisiones. Quiero decir que ante una situación que no puedes cambiar o frente a un sentimiento que debas afrontar déjate llevar. Siente como el agua llega hasta tu cuello, hasta tu barbilla, y que si te agobias y pataleas el agua seguirá subiendo y te ahogarás. Pero si dejas que la situación fluya y te relajas, el agua no llega más allá. Podrás respirar y flotar, y todo volverá a la calma. Recuperarás el equilibrio.

Por que recuerda… la capacidad de cambiar tu mundo es tan grande como las ganas que tengas de hacerlo.

¿Quieres mi EBOOK GRATUITO sobre "CÓMO PASÉ DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL AL AMOR SANO"? ¡Solo tienes que suscribirte y tendrás acceso automático!

¡Te has suscrito correctamente!