Qué difícil puede llegar a ser. Alguien cercano te cuenta un problema, le escuchas, empatizas, quieres ayudarle y enseguida optas por el rol de salvador, de solucionador de problemas. Cargas con tus propios problemas y le añades otra carga más. Y puede que no solo sea la carga de una persona, puede que tengas a tus espaldas problemas de varia gente. La presión de tanta carga nos crea ansiedad, estrés, tristeza y cansancio extremo. ¿Cómo podemos dejar de cargar con los problemas de los demás? Sigue leyendo y te doy unos consejos que espero te sirvan de ayuda.

¿Cómo ser empático sin ponerse por el rol de salvador?

Todos tenemos problemas. Unas veces serán cosas sin mucha importancia y otros serán muy graves. Pero quien tiene el rol de salvador, se cree responsable además de los problemas ajenos. Es como una necesidad imperiosa de ayudar a los demás, de solucionarles sus problemas, de sentirse útil y valioso. No es capaz de empatizar sin hacerse cargo de los problemas ajenos, y usa su tiempo y energía en intentar solucionarlos.

Cuando tenemos un problema tenemos una necesidad de compartirlo con alguien. De verbalizar, de exteriorizar. Esto no quiere decir que estemos pidiendo ayuda, solo nos estamos desahogando. Pero en ocasiones el rol de salvador intenta dos cosas: por un lado intenta agradar a la otra persona y por otro recibir amor. Es dar ayuda, esperando recibir amor. Es una manera de sentirse querido, que puede volverse en tu contra.

Escucha los problemas, pero no los hagas tuyos.

Todos tenemos unos recursos para solucionar problemas. Aptitudes, habilidades, tiempo, energía. Si tú dedicas el 100% de tus recursos en intentar ayudar los problemas de los demás, ¿qué te queda para solucionar los tuyos? Puede que incluso lo hagas de forma inconsciente para evadirte de tus propios problemas. Pero siento decirte que ellos seguirán donde están, esperando a que los afrontes, y hasta puede que sean más grandes que antes.

Luego está la gente que abusa de las personas con rol de salvador. Gente que hecha sus problemas esperando que se los resuelvan, que solo sabe quejarse, que está convencida que sus problemas son mucho más importantes que los de nadie más. Si tienes el rol de salvador seguro que atraerás a este tipo de personas, deberás estar muy atento y marcar los límites. Puedes leer el artículo de «vampiros emocionales» para ayudarte a identificarlos y tratarlos.

Deja que los demás aprendan por si mismos

Creer que podemos solucionar todos los problemas de todo el mundo además de no ser cierta, es una conducta insana para nosotros y para los otros. No tenemos el papel de solucionar los problemas de nadie.

En cada situación adversa está la semilla para crecer como persona, para aprender, para gestionar recursos y habilidades. Son retos para desarrollar nuestro crecimiento personal. Si ayudamos a los demás, estamos privándoles del aprendizaje de esa situación y de los recursos que debería trabajar. Ser volverían cojos emocionales y cuando tengan un problema similar no sabrán reaccionar ni que hacer. No le estás haciendo ningún favor, todo lo contrario.

no cargar problemas ajenos

Escucha activamente, sin hacerte responsable

Cuando un salvador escucha, está escuchando para dar una solución. Pero no se trata de eso. Se trata de escuchar con atención, no de escuchar buscando soluciones. Atento a las palabras que dice, como las dice, que sentimientos ves detrás de ellos, como se siente. No digas nada, solo escucha. Empatiza sin cargar con el problema. Haz que la otra persona se sienta comprendida y escuchada. Es alguien a quien quieres, y no quieres que sufra eso está claro. Pero no tienes el poder de hacer que el problema desaparezca. Solo está en tu mano hacerle sentir querido y apoyado, y ofrecer tu apoyo (que no resolver el problema).

Confiar en que la persona tiene las herramientas necesarias en salir sola del problema. Hazle saber que confías en sus habilidades y que tienes total confianza en que saldrá de esta. Empodérales, en lugar de hacerles ser más pequeños y dependientes.

Los problemas son responsabilidad de quien los tiene

Y no estoy diciendo que no debamos ayudar a nadie, sino de no cargar con los problemas de los demás. De revisar nuestra forma de actuar frente a alguien cercano que nos cuenta sus problemas. Revisar como escuchamos, como respondemos, como cargamos con sus problemas y los sentimientos que nos acarrea. Las necesidades ajenas no deben anteponerse a las tuyas. Tú también tienes tus historias que solucionar.

Ni siquiera los psicólogos estamos como solucionadores de problemas. Mucha gente va a consulta, suelta su problema y dice “¿Qué debo hacer?”, esperando recibir un consejo que haga desaparecer mágicamente el problema. Pero eso no funciona así. Los psicólogos analizamos el diálogo de la persona, que sensaciones y emociones le produce, que recursos tiene y cuales hay que trabajar. Se le proporciona una guía, una ayuda, para mejorar sus recursos para que sea independiente y pueda solucionar sus problemas de forma sana y positiva.

Puede que también te interese el artículo de «Cómo aprender a decir no» que suele costar tanto a personas que tiendan a cargar con problemas ajenos. Se trata de ganar en asertividad, marcar límites y saber dale a nuestras necesidades su lugar sin sentirnos culpables.

Si no eres capaz por ti mismo de salir del rol del salvador pide ayuda profesional. Te dará las herramientas que necesitas para cambiar ese rol por otro más adaptativo.

Porque recuerda… ante los problemas ajenos adopta una sana distancia, empatiza sin traerte los problemas a tu casa.

¿Quieres mi EBOOK GRATUITO sobre "CÓMO PASÉ DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL AL AMOR SANO"? ¡Solo tienes que suscribirte y tendrás acceso automático!

¡Te has suscrito correctamente!