Las relaciones personales no siempre son sencillas. Sean de amistad, de amor, familiares, de compañeros de trabajo, de vecinos… cada relación personal es diferente y en muchas ocasiones nos pueden crear conflictos si no sabemos manejarlo. Por eso el mejor consejo es siempre marcar límites en tus relaciones personales para ser respetados y evitar daños innecesarios. Veamos en qué consiste.

Conflictos personales

Algunas veces son inevitables los conflictos personales. Incompatibilidad de caracteres, de valores, de intereses, malentendidos… cada persona es un mundo y no todos podemos congeniar con cualquiera ni en todo momento.

Pero luego hay otros conflictos personales que si pueden evitarse. Y eso es marcando límites. Por mucho que odies los conflictos y los enfrentamientos, es necesario que aprendas a marcar límites en tus relaciones. Es más, al hacerlo lo que estás consiguiendo justamente es evitar conflictos y sufrir mucho menos. Serás tú la persona que indique hasta donde llegar en sus distintos tipos de relaciones, y así a la vez hacernos saber a nosotros mismos hasta donde llegar y cuando alejarse. Te hace ser mejor persona, más asertiva, más feliz y con relaciones más satisfactorias. ¿Alguien da más?

Tan difícil y tan fácil a la vez

Hay personas que tienen facilidad a la hora de marcar límites con sus parejas, pero en cambio no son capaces de hacerlo con sus padres/jefes/amigos. Y también hay personas que no saben marcar límites con nadie. Las palabras se atragantan en la garganta y no salen de ahí, haciendo que la otra persona desconozca tus límites. Porque ya lo vimos en el post «¿Qué son los pensamientos negativos y cómo reconocerlos?”, nuestra mente tiene la tendencia a querer ser Anthony Blake y se dedica a leer la mente de la gente. Nos hacemos creer que somos malas personas, que somos bordes o desagradables por decir hasta aquí. Pero en este caso se equivoca, y mucho. Y se sufre, mucho también. Por las palabras no dichas, por el dolor que nos causa el otro, por no respetarnos a nosotros mismos. Y además los otros tampoco tienen poderes para leernos la mente.

Poner límites es una habilidad. ¿Y que os digo siempre de las habilidades? Que lo bueno que tienen es que pueden trabajarse y aprenderse. Si eres de las personas que le cuesta marcar límites en tus relaciones personales sigue leyendo por que esto te va a interesar.

¿Qué son los límites?

Los límites son barreras o líneas de lo que cada persona es capaz de tolerar. Es un “hasta aquí” y que cruzada la línea ya iría en contra de nuestros principios. Es la manera en que queremos ser respetados. Cada uno de nosotros tendrá sus propias barreras según su personalidad, valores, educación, creencias, experiencias y autoestima.

Todos en la teoría sabemos lo que no queremos, lo que no soportamos. Esos son los límites personales. Cuantas veces aún sabiéndolos no los expresamos o no hacemos nada una vez traspasados. De nada sirven nuestros límites si no se expresan y se cumplen. Está en juego nuestra identidad, amor propio y nuestro bienestar emocional.

Marcar límites no es ser egoísta como se pueda pensar. Es todo lo contrario. Si yo decido pasar por alto mis límites personales me estoy haciendo daño, seré una infeliz y la relación no será satisfactoria para ninguna de las partes. En cambio si fuéramos capaces de expresar nuestros límites estaríamos mejor TODOS, aprenderíamos a respetarnos tanto a nuestros límites como a los límites ajenos y tendríamos relaciones mucho más sanas, respetuosas y satisfactorias para todos los miembros, no solo para nosotros.

Aceptemos nuestras propias necesidades, sin abandonarlas por las necesidades de los demás.

Los límites a marcar son únicos y personales. Tú eres la persona que debe saber hasta donde puede llegar, cuáles son los límites que quieres marcar. Nadie puede decirte cuales son porque cada uno de nosotros tiene unos límites distintos. Ese forma parte de tu trabajo interior de autoconocimiento para averiguar qué estás dispuesto a pasar y que no. Hay unos mínimos que reflejarían tu integridad como persona, tu seguridad y tu salud física y mental. Esos deberían ser sagrados. A partir de ahí cada cual marca sus límites.  Luego ya vendría el tema de expresarlos y aquí es donde os quiero ayudar con unos consejos sobre como marcar límites en tus relaciones personales.

marcando límites relaciones

Cómo marcar límites en tus relaciones personales

  • Tener claros nuestros límites. No podemos expresar ni verbalizar algo que ni nosotros mismos tenemos claro. Para ayudarte a descubrirlos puedes coger papel y boli y escribir aquellas situaciones que te crean mucho malestar en tus relaciones. Seguramente en ellas haya algo que las relacione, unos límites que se han sobrepasado y que no debería ser así. Escribir te ayudará a llegar a ellas. Sé honesto contigo mismo, no vale poner límites a los demás que no somos capaces de mantener nosotros mismos. Comienza poco a poco, con cosas pequeñas para ir cogiendo confianza y luego continua con cosas más importantes para ti.
  • A las claras. En esta vida hay que ser valientes. Nada de no coger llamadas, ni responder mensajes con la intención de la otra persona capte el mensaje. El único mensaje que estás enviando es que no somos muy educados que digamos (por decirlo suavemente). Puede que no sea una conversación fácil, puede que tenga una reacción inesperada. Posiblemente. Pero también al no expresarnos estamos fastidiando una relación, sea del tipo que sea. Así que marca el momento para tener esta conversación y échale un par.
  • Decir no. Marcar límites es decirnos sí a nosotros y decir no al otro. Decir no sin sentirte culpable, sin acatar el chantaje emocional, sin sentirte mala persona. Es una habilidad muy importante a la hora de marcar límites en tus relaciones. Si estás acostumbrado a decir que si a todo, estás pisoteando todos tus límites por agradar a los demás, por miedo a su reacción o al rechazo. Si te cuesta especialmente este punto te aconsejo que leas mi artículo “Cómo aprender a decir que no”.
  • Trabaja tu asertividad. Como ya vimos en el artículo “10 consejos para ser más asertivo” que os recomiendo leer, la asertividad es la habilidad de defender nuestros derechos sin herir a los demás. Es decir, marcar nuestros límites sin olvidar la empatía, los sentimientos del otro. No podemos controlar la reacción de los demás, pero podemos trabajar en nuestras habilidades para poder expresar nuestras necesidades de la mejor forma posible. No es necesario gritar ni enfadarse para marcar límites, pero si debemos exponerlos con seriedad para que vean que hablamos en serio. Ensaya las veces que sea necesario, puedes escribirlo antes para escoger bien las palabras.
  • Mantener los límites. Esta parte también nos cuesta bastante. Ya después de haber expresado nuestros límites hay que cumplirlos, sino no ha servido de nada todo el trabajo anterior. La otra persona debe respetar tus necesidades, y nosotros debemos parar de justificar el comportamiento de los demás cuando se saltan por la torera nuestros límites. Estamos hablando de tu bienestar emocional, y tú debes ser el guardián. Pasar los límites tiene consecuencias, y debes ser consistente. Puede ser darse un tiempo, dejar la relación como puramente de compañeros de trabajo/amigos o directamente romper la relación. Si esa persona se pasa por el arco de triunfo tus necesidades, deseos y decisiones, ¿de verdad quieres tener una relación cercana con esa persona? Piénsalo bien, porque no compensa mires por donde lo mires.
  • Cuidado con los chantajes emocionales. Tanto nuestros como ajenos. Podemos ser unos auténticos chantajistas emocionales y no saberlo. Para saber detectarlo y no caer en ese juego os dejo el artículo “¿cómo evitar el chantaje emocional?”. Que nadie te haga sentir que sus necesidades son más importantes que las tuyas.
  • Acepta tu responsabilidad. Deja de culpar a los demás por ser unos desconsiderados, ingratos e insensibles por no tener en cuenta tus necesidades y deseos. ¿Si tu mismo/a no los tienes en cuenta porqué lo tiene que hacer el resto? Tu marcas desde un principio como quieres que te trate el resto, así que práctica con el ejemplo y deja de echar las culpas fuera. Acepta tu responsabilidad, trabaja tu autoestima, asertividad y empatía para marcar tus límites.

Porque recuerda… marcar límites es liberador y sanador. Respeta tu integridad y los demás también lo harán.

 

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