Todos sentimos la ansiedad en algún momento. Es una emoción muy desagradable que cada vez en más común en nuestros días. Como vimos en el artículo como 4 pasos para gestionar las emociones negativas, todas las emociones tienen su función. Veamos de que se trata esta emoción y cómo aprender a controlar la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es el mecanismo defensivo-adaptativo que tiene el cuerpo para hacer frente a una situación que considera una amenaza. Es un método de adaptación natural que pone en alerta todos nuestros recursos para tener el mejor rendimiento ante un desafío. Es la respuesta que se conoce por lucha-huida, y el cuerpo se prepara para huir, atacar o adaptarse. Hasta aquí todo bien.
Pero… ¿Qué ocurre cuando esa amenaza no es real? ¿Qué pasa cuando esa sensación dura demasiado tiempo? En este caso sería ansiedad patológica que se caracteriza por ser injustificada, inesperada, alargada en el tiempo, muy intensa e incapacitante. No existe un elemento externo amenazador, pero se ancla en nosotros, nos controla y afecta a todos los ámbitos de nuestra vida. Cómo vimos en mi anterior artículo, los pensamientos preceden a las emociones. En este caso la ansiedad está creada y alimentadas por nuestros propios pensamientos, somos nosotros la fuente y causa de la ansiedad. La ansiedad es una gran fuente de infelicidad y sufrimiento.
“La ansiedad es la mente yendo más deprisa que la vida” Claudio María Domínguez
Los síntomas serían irritabilidad, agitación, taquicardias, sudoración, náuseas o incluso vómitos, tensión muscular, sequedad en la boca, insomnio, dolores de cabeza o migrañas, cansancio, mareo, opresión en el pecho, sensación de falta de aire. No todas las personas manifiestan los mismos síntomas, depende de la persona.
Estos síntomas generan además de malestar, miedo. No sabemos que nos pasa, nos asustamos, creemos que tenemos algo malo y al querer controlarlas conseguimos el efecto contrario. Tus sensaciones no suponen ningún peligro.
“Ocultar o reprimir la ansiedad produce, de hecho, más ansiedad.” Scott Stossel
¡Pero tranquilo/a! Esto tiene su parte buena. Igual que tu mente lo ha creado, también puede cambiarlo. Veamos unos consejos para aprender a controlar la ansiedad para mantenerla a raya.
Toma conciencia
Lo que te ocurre no es malo, tú no tienes la culpa. Nuestros pensamientos suelen ser algo automático que hemos ido edificando a lo largo del tiempo, y no nos damos cuenta de los tóxicos hasta que ya han hecho su trabajo. Es momento de tomar conciencia de cuales son esos pensamientos tóxicos para poder cambiarlos por otros más positivos.
Deja de preocuparte por cosas que no han sucedido
La mente es la mayor creadora de culebrones de la historia. Si nos diéramos cuenta de que a lo largo de nuestra vida solo la mitad como mucho de nuestras preocupaciones han llegado a ser reales, veríamos que es un poco tonto estar preocupándose por cosas que no han pasado.
Y sé que no lo podemos evitar, que nuestra esencia humana nos hace estar al quite de las posibilidades que puedan ocurrir para estar preparados. Pero no podemos estar buscando siempre los peores resultados posibles, sobre valorando los riesgos en todas las situaciones hipotéticas. Lo único que conseguimos es gastar energías y preocupaciones en algo que no sabemos ni siquiera sí sucederá.
“He tenido miles de problemas en mi vida, la mayoría de los cuales nunca sucedieron en realidad” Mark Twain
No busques atajos
La ansiedad lleva muchas veces a comer en exceso (sobre todo cosas con mucha grasa y azúcar), a tener conductas compulsivas o de riesgo, o tomando ansiolíticos por su cuenta. Lo único que consigues así es ponerle una pequeña tirita mal pegada, un pequeño sedante que no durará mucho. Serán distracciones sin más. El problema hay que atajarlo de raíz para poder superarlo y controlarlo, y que no sea la ansiedad quien nos controle.
Si tienes bastantes ataques de ansiedad elige un buen profesional especializado que te ayude. Los resultados serán lentos pero serán más fuertes a largo plazo.
Haz deporte
En deporte no solo es bueno para el cuerpo físico, también lo es en el plano mental. Está demostrado que el deporte disminuye la ansiedad notablemente y mejora el ánimo.
La práctica regular de ejercicio reduce los niveles de ansiedad, y es una manera también de cuidar nuestro cuerpo. Todo nuestro cuerpo se activa y nuestra mente se despeja. Consigue que nos evadamos de nuestras preocupaciones por un momento. Mejora la sensación de control, de autoeficacia, de seguridad y de autoestima. Es ideal para complementar con un tratamiento específico de ansiedad.
Ejercicios de respiración y relajación
La ansiedad causa un desequilibrio en el ritmo de la respiración normal. Respiramos en modo automático, pero con una serie de ejercicios de respiración lenta y profunda hará que sea un proceso consciente y controlado, y que ayudará a controlar nuestros ataques de ansiedad.
Podéis encontrar ejercicios de respiración para prevenir ataques de ansiedad pinchando AQUÍ.
Meditación
La meditación es una forma ideal para eliminar la tensión, el estrés y la ansiedad de nuestro cuerpo. Gracias a las respiraciones y a la atención plena, conseguiremos mantener a raya la ansiedad y múltiples beneficios para nuestro cuerpo y mente. También puedes relajarse con vídeos de sonidos envolventes y relajantes, para rebajar tus niveles de estrés como éste.
Aliméntate bien
La alimentación es crucial para estar sanos y no solo físicamente. Hay alimentos que pueden empeorar los síntoma de la ansiedad como el café, el alcohol, las bebidas con mucho azúcar, el chocolate y las chuches en general. Es decir, todo lo que tenga alto contenido de grasas, azúcar y cafeína deberíamos evitarlas o reducirlas lo máximo posible.
Lo adecuado es llevar una dieta equilibrada, y aumentar el consumo de fruta y verdura.
Deja el perfeccionismo a un lado
Las personas perfeccionistas tienen más tendencia a tener más altos los niveles de ansiedad. La sobre exigencia hacia uno mismo hace que estemos exhaustos, nunca estemos conformes, nos genera ansiedad si no llegamos a nuestros objetivos y no disfrutamos de los logros conseguidos. La perfección no existe.
Es hora de bajar el listón, de querernos más, de ver los fracasos desde otra perspectiva, de no compararnos con los demás y de ser felices con lo que vamos consiguiendo. Por nuestros avances y también por nuestras derrotas. Se aprende más de los fracasos que de los aciertos.
Cambia tu pensamiento
Una reacción de ansiedad está asociada a un mecanismo mental, a una serie de pensamientos limitantes que generan dicha ansiedad. Primero tenemos que analizar en qué momento comenzaste a sentirte mal y cuales eran los pensamientos que rondaban por tu cabeza en ese momento. Puedes tener una libreta para registrar cuando te sientes ansioso y porqué, y que has hecho para afrontar la ansiedad.
Mantener una mente positiva nos ayudará a ver las cosas de otra manera y no ser tan pesimistas.
Por qué recuerda…no podemos evitar la ansiedad en nuestras vidas, pero si podemos rebajarla hasta niveles aceptables y desde ahí controlarla
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