Si tu respuesta es “si” padeces bruxismo. Un gran problema especialmente si es por la noche al ser tan difícil de controlar durante el sueño. Cada más hay más casos (se cree que 1 de cada 3 personas ya padece este trastorno) y lo padecen tanto niños como adultos. Mucha gente ni siquiera sabe que lo padece o lo sabe pero no le da la debida importancia. Algunos casos son leves pero los casos severos pueden acarrear muchos problemas si no se detecta y pone solución a tiempo.

¿Qué es el bruxismo?

Una de las formas que tiene el cuerpo de liberar tensión es apretando la mandíbula o rechinando los dientes. Es un gesto totalmente involuntario que muchas veces descubrimos por que nos lo dice nuestra pareja.

Hay dos tipos: diurno y nocturno. Éste último es más peligroso ya que se produce de forma involuntaria y no podemos controlarlo.

En sí mismo no es peligroso, pero puede volverse patológico y aquí ya entramos en terreno pantanoso. Si no le ponemos remedio nos puede ocasiones lesiones permanentes.

¿Cuáles son los síntomas?

Algunas personas no presentan ningún síntoma, pero en ocasiones el bruxismo puede provocar: dolor de cabeza, insomnio, vértigos y mareos, desgaste de dientes, sensibilidad dental al frío o calor, problemas cervicales, tensión, depresión, ansiedad, sensibilidad dental y dolor de mandíbula, oído y músculos faciales.

¿Cuáles son las causas?

Pues todavía no hay un acuerdo acerca de las causas exactas, pero el estrés, ansiedad y tensión al que nos vemos sometidos durante el día podría llevarnos a realizar este acto involuntario para contrarrestar la ansiedad.

Sus causas son psicológicas aunque afectan al campo odontológico, por lo que el odontólogo puede reducir el malestar con férulas dentales pero no la causa.

tratamientos bruxismo

Tratamientos y consejos

  • Los dentistas recomiendan las férulas de descarga para disminuir la erosión dental y el dolor, y prevenir más daño. Es una funda transparente hecha a medida que suele ponerse para dormir.
  • Si tu bruxismo es diurno aprende a detectar esos momentos en los que aprietas los dientes y libera la mandíbula. Relájala, puedes incluso separar tus dientes sin abrir la boca para aliviar la tensión. Hazlo siempre que la notes tensa, cada vez lograrás mayor control.
  • Si es nocturno ya es más complicado. Se aconseja que se acompañe de apoyo psicológico. Si padeces de nerviosismo e insomnio tienes muchas papeletas para padecer bruxismo, y más en etapas de más estrés que se centralizan en esa zona.
  • Cualquier técnica de relajación será útil para reducir el bruxismo: yoga, meditación, baño relajante, hacer ejercicio, leer, escuchar música…. cualquier cosa que nos dé placer y nos haga desconectar.
  • Lo importante también es ser conscientes del problema, pensar que situaciones son las que nos tensan tanto y tratar de evitarlas en la medida de lo posible, tomándonos las cosas con más calma.
  • Conseguir una buena higiene de sueño es muy importante para relajarse y descansar bien, así como tener hábitos de vida saludables.
  • Evita los chicles, el alcohol y el tabaco, así como alimentos duros.
  • Para casos resistentes lo adecuado es acudir a un psicólogo especializado para tratar directamente las causas de este hábito.

Escucha a tu cuerpo

Debemos escuchar a nuestro cuerpo, nos manda mensajes alertándonos de que algo no va bien. Por mucho que tratemos los síntomas la causa seguirá ahí si no la tratamos. Lo ideal es parar e intentar poner en palabras la sensación que sentimos (estoy nerviosa por los exámenes, tengo miedo de perder el trabajo,…). Una vez identificado el problema nos será mucho más fácil trabajar en él. A veces será muy obvio el motivo de nuestro estrés pero otras veces estará mucho más oculto. Una vez identificado el motivo un buen consejo es pensar en posibles soluciones a nuestro problema en lugar de centrarnos en el problema en sí, o pensar maneras de desestresarnos de una manera saludable.

A veces lo que nuestro cuerpo nos pide es poner el freno, reflexionar y escuchar nuestras necesidades, y usar esa energía de una manera positiva para nosotros. Así que para y escucha lo que te dice tu cuerpo.

Si la situación te desborda es recomendable acudir a un profesional.

Porque recuerda…  el cuerpo grita lo que la boca calla.

 

 

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